lunes, diciembre 04, 2006

Algunas palabras para el calor de invierno...

Silencio, secreto,
respiro, sombra, noche,
luna, suspiro,
boca, piel, mirada,
sonrisa, esperanza,
dedos, gotas,
frío, destello, melancolía,
locura, cintura, vientre,
manos, neblina,
pasos, más silencio
y un abrazo.

Estas palabras me gustan
y esto megusta de vos.

Fran fallas.

jueves, octubre 19, 2006

Esta clandestinidad cambia...

La lluvia trae cambios,
y las aves aprenden a volar.

Mi vida se transforma
en una hermosa espiral.

Fran Fallas

miércoles, octubre 04, 2006

XII: Las primeras lluvias

Las primeras lluvias de octubre
llegaron pronto,
las gotas se desgarraron del cielo
como aves heridas en pleno vuelo.

El silencio se volvió habitual:
-¿En qué pensás?
-Nada. Sólo recordaba...

La intranquilidad surgió de sus manos,
temblaban como hojas bajo la lluvia:
-Dejá de pensar en eso, no te hace bien.
-Está bien, pero a veces hacer recuento me ayuda.
-Bueno, contáme, ¿Qué pasa?

Su tranquilidad es vital para la mía,
yo tranquilizándola,
dándole fuerza para que no la ahogue la lluvia,
mientras me contengo
de no comprar golpes para los que golpean:
-Ya todo está en buenas manos,
mejor nos tranquilizamos y contamos estrellas,
¿Te parece?

Espero que la luna aprenda a renacer
sin tener que quemarse por completo,
yo vigilaré que sea tranquilo su sueño
para que siempre pueda sonreír.

-¿De qué te reís?
-De nada. De vós... de mí... de lo mucho que nos buscamos...

En realidad sonrío.
Sonrío de poder sonreírle a la vida,
sonrío de tranquilidad,
sonrío de nervios por enfrentar la posibilidad
de construir sueños con materiales palpables.

Sonrío de vós, de la locura de estar conmigo;
de mí, de la aventura de quererte.

Sonrío de la suerte de poder besarte antes de dormir
y de dormir besándote.

Sonrío de escuchar muchas historias,
algunas extrañas, inimaginables,
algunas cercanas, hechas de diamantes.

Las primeras lluvias llegaron,
con truenos, gritos y rayos,
sin embargo no lograron
afixiar a la luna, a las flores,
ni a las aves
que del fuego saben cómo resurgir...

Fran Fallas.

martes, octubre 03, 2006

Quizás porque

A vos:

Debería disculparme por utilizar letras robadas que todos conocen (además porque pertenecen a un grupo que tachás de "machista"), pero hoy mientras saliá de mi casa me detuve a ver un retrato tuyo que me quedó muy mal, a recitar un poema que se abada de ocurrir y recoger algunos papeles de cigarrillos. No lo pude evitar, sólo se me vino a la mente esta imagen.

__________________________________

(Sui Generis)

Quizás porque no soy un buen poeta
Puedo pedirte que te quedes quieta
Hasta que yo termine estas palabras

Quizás porque no soy un gran artista
Puedo decir tu pintura está lista
Y darte orgulloso este mamarracho

Quizás porque no soy de la nobleza
Puedo nombrarte mi reina y princesa
Y darte coronas de papel de cigarrillos

Quizás porque soy un mal negociante
No pido nada a cambio de darte
Lo poco que tengo, mi vida y mis sueños

Quizás porque no soy un buen soldado
Dejo que ataques de frente y costado
Cuando discutimos de nuestros proyectos

Quizás porque no soy nada de eso
Es que est1ás aquí en mi lecho

(c) 1972, Vida

jueves, septiembre 28, 2006

XI: Piedras filosofales y vos... (la sombra se vuelve el aire que me hace falta)

Disculpáme por no morir, soy peor que Lázaro. En fin, necesitaba decir esto:

"...me muerdo los labios y suspiro tu nombre..."
C. Del Valle


Hace algún tiempo
aprendí a quererte
y quise aprender cómo fabricar un Nosotros
que viviera más de una luna...

Mezclé tanto Vós y tan poco yo
que no sobrevivía cruzar las puertas.

Aprendí luego a quererme
y quererte através de mi realización,
ahora mezclo vós y yo en partes iguales
para obtener una mitad de Nosotros.

Espero en el suspiro de tus noches
que también podás mezclar suficiente vós
y suficiente yo,
para que obtengás también la otra mitad
del Nosotros
que necesitamos para realizar una nueva mezcla.

Mezclemos mi Nosotros y el tuyo
para lograr un sueño que rompa las muertes,
que abra las Puertas,
que sobreviva las lunas,
los sofocantes soles
y las primeras lluvias que siempre han de llegar.

Fran Fallas.

martes, agosto 29, 2006

X: El último numero para la sombra (la canción desesperada se las debo...)

Quisiera saber
cómo perderme por los caminos blancos
de tus piernas.

Quisiera recordar lo que es esperar
madurgadas enteras que se complete
el cuarto creciente de tu ombligo.

Quisiera conocer la sensación
de que mis manos divaguen
por el agua de tu piel,
por la calidez de tus caderas,
de tus mejillas,
de tu alma...

Quisiera recordar el camino
para volver a caer
en la trampa-redes de tus cabellos.

Quisiera que mis labios
supieran cómo caminar
por los valles de tu espalda,
por la locura de tu cuello,
por la cuenca de tu sonrisa...

Quisiera poder recordar
que conozco los misterios
de la planta-vida
de tu pequeño pie...

Es mi deseo recordar tantas cosas,
momentos, conocimientos; mas no puedo
porque ahora descansan en el mismo ataúd
en el que un día me enterré.

Francisco Fallas.

jueves, agosto 24, 2006

Algunas frases no dichas

"Qué tienen los demonios de tus ojos que en las noches de insomnio me invitan a alimentar a las esperanzas que viven bajo mi cama"

"Te prometo que en el universo infinito de los sueños yo tocaré un piano tan grande que vós podrás danzar sobre su superficie"

"Chicharras Azules, Moscas Imaginarias y Lugares Ajenos: Es demasiado lo que te quiero (o lo que te quise)."

martes, agosto 08, 2006

IX: Sobre el No-Funeral (explicaciones que llevan a un "cortis")

Las cuestiones de tus pasos,
de tu sonrisa lejana,
de nuestras sombras…

Todo un poco lejano
mientras yo todavía espero tu abrazo ajeno,
las horas de besarnos detrás de las puertas
y el silencio para olvidarte.

¿Sabés qué?
Todavía me duele matarte
porque aunque no querás
esa parte tuya no murió como lo planeaste
y eso me quedó más que claro.
Por eso hoy la estoy obligando a morir
fingiendo mi propio funeral.

No creás, no es fácil
Pero ¿quién dijo que lo sería?

Aún así esto de fingir una muerte
para matarte no me agrada.
Estoy muerto, te obligo a morir
y de paso te empujo hacia él,
te acerco a su “seguridad”…

Eso es todo,
te envío a sus brazos,
espero que estés mejor
en ese sitio,
porque por acá ya no queda nada,
estoy muerto ¿te acordás?

Estoy muerto…
(Como quisiera que esa parte realmente lo estuviera)

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F. Fallas

Un "Cortis", un abrazo...

-Una cosa: cuando eramos niños y jugabamos a lo que fuera, planteabamos "cortis"... Bueno, ¡"cortis"!
(...)
-¿Qué significa ese "cortis"'
-Algún día lo entenderás...
-Sí, yo creo que entiendo un poco.
-Lo sé, no sos tonta, confío en tu intiución, pero algún día entenderás todo...
__________

Niña, te lo explicaré...

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Acaso no lo ves? Solamente estoy cumpliendo una promesa, estoy obligandome a no tentarte, a no tentarme, a que no caigamos.

-¿Puedo pedirte algo? No me tentés, porque no creo que lo resista...


Cuando dimos el salto, no fue sólo porque sí, fue todo un proceso de acumulación cuantitativa que nos llevó a lo cualitativo. Por eso querer transformar lo cualitativo de nuevo a lo mismo cuantitativo resulta casi imposible, porque estaríamos siempre al borde de volver a saltar... ¿entendés? Así que debo eliminar todo lo que nos llevó a saltar para que no volvamos a hacerlo. Y no porque yo no quiera, sino porque vós me lo pedís...
Es al solución terrible, la que duele. El problema es si lo termino creyendo... Era el riesgo que podía correr, ¿recordás?...
_____________________________________

Espero, niña, que ahora si comprendás un poco mejor todo esto...

F. Fallas

Notas al Intento de Ensayo sobre la Inseguridad

(o lo que no puedo decir al aire, no debo ser tan irresponsable...)
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No estoy todavía muy seguro de lo que te voy a plantear:
Si algún día llegás a estar segura que la decisión correcta era otra, era intentar transformar nuestro micro-mundo en un mundo real, enorme, omnipresente; y es entonces cuando sentís la necesidad de buscarme y plantear semejante proyecto, y resulta que yo todavía estoy dispuesto a enfrentar ese reto y quererte de esa forma; entonces sería lo mejor que pudiera ocurrir.

Sin embargo no diré que eso sucederá, porque de eso no puedo estar seguro. Por el contrario, puedo estar muy inseguro de eso por varios motivos, en orden de prioridades: Primero que todo, puedo estar inseguro de que llegués a esa conclusión. Segundo, de que llegués a buscarme. Tercero, de que yo todavía esté dispuesto a enfrentar ese proyecto. Como ves, no puedo estar seguro de nada de esto.

La única ocasión en que estuve seguro de lo que realmente quería, fue cuando perdí lo que quería.

Considerando estas posibilidades (y retomando algunos apuntes sobre las bases de construcción del pensamiento en base al trabajo -marxismo- y la relación con el rollo sentimental, ver el blog de C. Del Valle), no puedo prometer que "te voy a amar por siempre" o "que siempre te esperaré". Eso sí sería irresponsable. Pero sí voy a querer al recuerdo que sos, como te dije que te quería (y que todavía lo hago aunque trato de encubrirlo y olvidarlo -superarlo-) y a como me querías.

Quién sabe, talvez en alguna de esas vueltas volvés o talvés no, y entonces yo estaré o talvez no...

F. Fallas-C. Del Valle

VIII: El No-Sitio (un día después de la amargura)

¿Que en dónde he estado hoy,
ayer, siempre?
En ningún sitio,
ahí he estado siempre,
en ningún sitio.

Vós lo sabés mejor que yo,
porque yo antes creía
estar seguro de dónde estaba.
Pero, ahora,
no estoy seguro de si alguna vez
he estado en algún lugar,
ni siquiera si alguna vez existí...


¿Que adónde voy ahora?
a ningún sitio,
vós lo sabés.

Fué tu decisión.
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F. Fallas

VII: La No-Sonrisa (escrito viejo)

Sonreís,
dentro de mi boca
nacen las lenguas de fuego
que consumen tu piel.

y sonreís...

Detrás de tus labios
se esconden los duendes
dorados,
que me cumplen a cabalidad
el sueño de estar vivo,
de estar con vós.

y sonreís...

Pero al estar y marcharte
al mismo tiempo,
nacen las incógnitas
sobre poder caminar entre la luz
junto a tu sonrisa...

Me mirás, en silencio...

Saltamos a un abismo
sin conocer qué nos recibirá
cuando toquemos el fondo...

¿Porqué callás?

Finalmente
volvés a sonreir
y con tus labios
sellás mi boca
para ahogar palabras
y responder con esos gestos
simplesde cuando suspirás...

Tu mano... tus labios...
Sonreís...

F. Fallas

lunes, julio 24, 2006

VI (algunos recuerdos)

Yo te dije que me quedaría con los buenos recuerdos:

tomar tu rostro entre mis manos,
besarte, hablar mientras te beso y decirte cuanto te he querido,
llorar de alegría,
dejar que el tiempo pase así distraído por nosotros,
por la forma en que tus manos me acarician,
por la forma en que las mías te acarician,
por la forma en que los dos nos desvelamos...

enredar mis dedos en tu cabello,
acariciarte la frente,
dejarnos llevar por al conversación sobre lo que siento, sobre lo que sientes,
dejar de pensar solamente y comenzar a decirlo,
olvidarnos de l miedo,
lanzar y dejarnos caer en el abismo claro del salto,
morirnos cada vez que nos regalamos un cigarro con besos y deseos
de no tener que levantarnos,
disfrutar de las madrugadas urbanas, que sonríen con su particular belleza fea,
disfrutar de los amaneceres y de las mañanas
como se disfruta el desvelo placentero,
huir como locos a través de la ciudad de siempre
en secreto a voces,
detenernos en cualquier acera y entregarnos en un beso inconsciente
hasta que una bocina nos despierte,
reanudar el paso pero siempre bajo un abrazo,
dormir en el silencio y yo abrazando tu cuerpo y vos segura y cálida,
tus ojos cerrados mujer,
tus labios sonrientes,
tu respiración pasiva,
tus serenatas de pies agitados,
mi todo consciente-inconsciente,
mis manos temblando,
nosotros sin creer en la muerte,
vos naciendo y quemándote,
yo buscando tu alimento (como perro abandonado)
vos recordando el pasado, sollozando, sonriendo (es pasado),
yo sosteniendo tu mano para que no te quemés demasiado,
escribir sobre la ventana, sobre tu perfil, sobre tus persianas,
vos jurando que te gusta lo que escribí,
abrazarnos en silencio, callarnos los besos
sobre todo los míos, aquellos besos ruidosos de las mañanas,
nuestras narices juntas, respirando el mismo aire, como dándose un beso de esquimales,
tu cabello suelto, al aire, al sol,
el mío siempre un desastre, un desafío,
tu sonrisa inocentemente provocadora, tu tierna voz (de porcelana),
tus silencios a la orilla de la cama, dejar que el teléfono suene y no contestar,
escondernos en la sombra, nuestras manos bajo al mesa,
un beso a distancia cuando nadie nos vio,
discutir sobre lo que querían decir los avisos que no vimos,
los pronósticos que nadie entendió,
lo que no quisimos ver hasta que fue muy tarde, muy tarde para negarnos,
de lo que ninguno se arrepintió,
compartir una cocina para alimentarnos de besos, desayunos y almuerzos,
además del café que nunca nos faltó, porque era de las cosas básicas para sobrevivir:
Un café, un cigarro, el sueño socialista y vos.
¡Que fácil de complacer que sos!- me decías.
Conocer tu otro mundo, disfrutar del viaje como quien conoce el cielo de origen de un ángel,
las historias de ángeles que te gustan,
contarte sobre cómo conocí una estrella y me invitó a pasear con ella
para luego lanzarme a la tierra, al vacío,
para luego pedirme perdón y levantarme de nuevo...
perderse en las luces, perderme en tus luces,
las analogías socialistas, el proceso dialéctico,
las frases poco comunes, no prefabricadas,
hechas para vos y que nunca serán reutilizadas,
tus libros de historia, tus trabajos, tus diseños, tus edificios,
tus dibujos, el grabado en la botella que nunca me regalaste mas aprecio el gesto,
el baile en una pista con las miradas curiosas a mi torpeza,
el cantarte un tango a medias,
que me cantes sobre el hijo que una vez tuvo la luna,
la grabadora siempre encendida,
yo deshilachado por cantarte, mi guitarra asesinada por mi falta de práctica,
las construcciones mentales,
las deudas de besos pagadas con miradas y caricias a veces indiscretas,
el robarnos besos cuando nadie nos mira: -¿te enojás? -claro que no (contestaba yo),
Disimulemos, pero en este taxi tenemos el derecho a besarnos de camino...

(Puede continuar...)
F. Fallas

V (silencios)

Te sentás a la mesa
del otro extremo,
desde el otro silencio.

Sostenés la taza del café con las dos manos,
como quien busca refugio ante este frío.
Me pierdo en la angustia y la nostalgia de no poder decir nada.
Te perdés en la taza humeante, en la lluvia tormentosa y la calidez de la habitación.
Te sentás a la mesa, como antes, como siempre,
me siento a la mesa del olvido, a la mesa en donde una vez construimos sonrisas,
mas hoy el café se enfrió en mis manos
y los chocolates no bastan para olvidar.

Te sentás a la mesa,
desde el otro extremo te observo
y recuerdo que realmente no estás,
que sólo has dejado esa mirada vacía
para acompañar mis nostalgias,
y que sin embargo lo que logra es profundizarla...

Te sentás a la mesa pero ya has retirado
las miradas, las sonrisas y las palabras;
lo que me dejás aquí en la mesa es un silencio
entre café.

(continúa)

IV (un poco de verborragia)

El recuerdo,
¿Para qué funciona?
el silencio nace,
las miradas ya no se pierden en las luces,
las noches frías me envuelven en su vacío,
vós nacés por las noches y me recordás el olvido;
mas no consigo perderme yo en las calles
sin dejar de esperar encontrarte
esperándome en las esquinas...

¿El consuelo?
Todavía no lo entiendo.

Sé que no debo conservar
la más mínima ansiedad por verte entrar por la puerta,
pero me es imposible no sentir la alegría de saber
que por lo menos hoy llegarás.

Finalmente llegás,
fría, pálida y sin palabras,
llena de todo, sin dejar nada por acá.
Finalmente llegás y no puedo comprender que en realidad ya no estás...

F. Fallas

sábado, julio 22, 2006

III (conversación de msn)

¿Sabés que pasa?

No quiero que se vaya del todo...
que por lo menos me deje los cafés de la mañana,
las sonrisas sobre la nada,
las conversaciones sin sentido
desgastadas por el cansancio del día,
las noches de silencio mutuo,
la vida...

Que no se vaya del todo,
para dejarle un chocolate cada mañana en su puerta,
una flor en la ventana,
un suspiro que no escuchará (por que lo esconderé)...

Que no se vaya del todo,
que me deje su mano
para perderme de cuando en cuando
y contarle lo que me sucedió hoy...

Eso sucede,
pido que no se vaya del todo...

F. Fallas

II (Un recuerdo encerrado)

"¿Puedo pedirte algo?
no lo intentés,
no creo que yo pueda.

Por favor no lo intentés,
no quiero que te sintás rechazado, esa no es la idea...

No, por favor,

no podés renunciar a tu salud mental,
sino yo me vería obligada a preocuparme por vós.

No quero que esto sea peor para vós, no lo intentés,

te lo pido,
no dejemos que esto termine mal..."

Y se fué alejando su imagen, sus ojos vidriosos, sus manos en las que me perdía cada noche, cada sombra, su voz tierna que decía mi nombre con la entonación de un "no por favor, no hagás esto más difíacil" (como si así fuera fácil). Todo se alejaba y volvía sobre mí para lanzarse y golpearme con mayor fuerza, mientras las piernas no responden a las exigencias de este camino vacío y oscuro que me lleva a algún lugar solitario, ideal para no pensar o para que los pensamientos y recuerdos me destrocen por completo...

F. Fallas

I (Otra forma de no callarme...)

También puedo mentirme,
mentirme tanto que aveces me creo lo que he mentido.
Aquello de caminar tranquilo, de huir diciendo que aquí nada pasa,
que vos no me dolés...

Como verás,
mis mentiras y actuaciones son evidentes,
cuando el beso en la frente
desea convertirse en boca-sueño-vós...

Como verás,
también puedo caminar en silencio
aunque no sea el momento (que por cierto ya no existe)
para decir que no quiero convertirme en olvido...

Como verás,
también puedo convertirme en nada,
cuando deseo existir...


Como verás aquí no hay nada
mientras todo está.

F. Fallas

Silencio e historia

Debajo de la piel existen historias,
algulnas eternas,
algunas sin memoria.

Debajo de la piel existen historias,
algunas duelen de más
por ser silenciosas.

Debajo de mi piel existe una historia,
por eso hoy
se me cae la piel...

F. Fallas

jueves, julio 20, 2006

Peticiones

Dejáme desesperarme
porque yo me creía curado de vós
y ahora me encuentro con tu foto
y no pude evitar el deseo de correr
y lanzarme al abismo de tus ojos...

Dejáme romper mi silencio
con un grito,
que ayer estuve en ningún sitio
como el no-sitio en el que viví para vós...

Dejáme decirte
todo lo que pienso,
porque mis acciones tienen motivos,
no son simples acciones lanzadas erráticamente
por el espacio de tus manos...

Nunca te he pedido nada
ese es mi primer error,
pero comprendí que pedir
no es lo mismo que ejecer presión.
Así me desesperé en tu sielncio,
en tu sombra,
y como quería construirte castillos de piedra
(y no sólo de oscuridades)
te pedí una decisión,
sin presiones, con el tiempo
necesario que vós me pedías...

Sin embargo ahora no tengo nada
y aún así confío en que tus palabras
son parte de la decisión bien pensada,
realizada sin presiones,
con la libertad concedida
por mi ingenua esperanza...

Dejáme desesperarme
pero no te arrancaré los cristales
con suspiros,
no te lanzaré agua-ojos-sal
para desesperarte.
No lo haré,
al fin de cuentas vós sabés
el porqué...

Dejáme desesperarme
si lo único que hice mal
fue quererte demasiado,
fundamentarme en la sombra
con tal de estar con vós...

No me pidás que olvide
si lo único que me queda son lo abrazos
pasados,
las noches, los milagros
de tus besos olvidados,
los silencios ocultos y las furtivas miradas ,
las manos bajo la mesa
y todo lo que tuve
en la nada...

Dejáme recordarte
y que el silencio no sea el cuchillo
que rompa nuestra relación.
El silencio, un viejo amigo,
es sinónimo de lo que pasó,
es el cerrojo de mi pasión...

¡Dejáme no olvidarte,
pero no olvidés que te quise demasiado
y por eso algo en toda esta historia
al final te pedí!

F. Fallas

miércoles, julio 19, 2006

¿el fin estratégico?

Ahora se estrella contra mi pecho
todo aquello que no fui,
aquel amante, aquel novio, aquella relación que no fui...

¿Donde quedarán nuestras palabras?
¿dónde quedarán tus ojos cristalinos,
mis misas falsas, tus viajes azules,
nuestras luces perdidas,
nuestras sombras,
nuestras plazas,
tus ventanas?

¿Esa fue tu estrategia?

martes, julio 18, 2006

Sobre la no-relación

"Una no-relación que es una relación por sí misma"
Carmen, Milagro de las Espinas

Está bien,
debo aceptarlo.
Todavía no me gusta pero creo que es lo correcto.

Vós estabas y no a la vez,
mientras que yo estaba y me había ido al mismo tiempo.
Él estaba.

¿Qué le haremos ahora?
¿A dónde se supone que debo ponerte?
Las preguntas brotan y si me lo preguntás
yo también desearía que fuera distinto,
que las circunstancias hubieran sido mejores para todos.

No me arrepiento,
porque no hay nada malo de qué arrepentirme.
Sólo deseo. Eso es todo.
Deseo que "seás más flor y menos espinas"
y que seás espina, eso sí, pero que el botón de flor
sea una flor completa, tan grande y fragante
que esté sin tener que refugiarse en la sombra.

"Nací en el silencio y morí en las sombras,
resucité en lo oculto y ya no sé en dónde estoy..."

Te has decidido, muy bien por vós.
Creo que ya has aprendido a no correr y a pensar mejor.
Eso me alegra,
sin embargo no excluye que no me sienta bien.

Dejémos que el capullo-flor
sea flor-completa tranquilamente,
talvez su aroma sea más dulce que las espinas
que tiene que tener.

"En mi mano se clavó una espina,
brotó de ella un tallo y una flor,
con más espinas, pero con más flores"

El silencio crece.
Eso no es necesariamente malo.
El silencio es una forma de decirte más
con la mirada que con mi torpe lengua.

Eso sí,
¿Me dejás mirarte en silencio una noche entera?

F. Fallas

La espera (12:15 mn)

"desearía que fueras más flor y menos espinas"
C. Del Valle


Ya es más de una hora,
y me distraigo en las figuras que escapan de mi mano:
lunas, aves, fénix, perros, espinas, rosas...
todas se elevan para disolverse en el aire.

Hace unos minutos mi pulso acelerado
me trató de jugar sucio,
hace algunos cigarrillos todavía te esperaba...
Ahora ya no sé si llegarás.

El cigarrillo ha dejado de lanzar al aire
las no-figuras que me divertían
mientras recordaba las noches juntos,
tus miradas ocultas,
la habitación, las ventanas,
vós danzando en la madrugada,
yo admirando tus vueltas, tu silueta,
tu sonrisa...

Ya no sonrío.
El vacío que has dejado al salir
no se llena ni siquiera
con la esperanza de verte atravesar esa puerta
que has dejado semiabierta,
la no-puerta que no se cerró...

Bueno, no puedo mentir,
ese era el trato.
Así que debo admitir que sonrío
cuando recuerdo que aún estás aquí,
que la puerta está no-cerrada,
que tengo una habitación llena de esperanzas,
de recuerdos, de palabras...

Todavía estás
aunque no tan cerca.
Estás del otro lado de la puerta
y si querés entrar de nuevo
lo podés hacer,
pero ahora tenés que entrar bien,
por la puerta grande, no por la pequeña,
no por las sombras...

Cada sonido parece que son tus pasos
corriendo a este lugar,
con los brazos al aire y un beso en los labios,
un beso que urge que yo lo tome porque sino se caerá...
Un aire, un beso, otro cigarrillo...
Finalmente, todavía sonrío.

F. Fallas

viernes, julio 14, 2006

¿Qué sucede?

¿Qué sucede?

Algo tenés,
y lo he notado en los reflejos de tus ojos...

Algo tenés, no hay duda,
y se refleja en el frío de tu abrazo...

Algo tenés, decímelo,
que el silencio de tus pasos no ayudan
a ocultar mis dudas...

Algo tenés,
y si me preguntás (que no lo estás haciendo)
te diría que es cierto,
que todo esto es muy extraño,
y que el miedo me envuelve cada vez que te veo sonreír...

Algo tenés,
por favor decíme que sucede,
porqué de pronto la nieve se apodera de tus manos,
y siento la lejanía de tu espacio cercano.

Decíme, ¿qué se esconde en tu silencio?

Algo tenés,
Decíme…

F. Fallas G.