Las cuestiones de tus pasos,
de tu sonrisa lejana,
de nuestras sombras…
mientras yo todavía espero tu abrazo ajeno,
las horas de besarnos detrás de las puertas
y el silencio para olvidarte.
Todavía me duele matarte
porque aunque no querás
esa parte tuya no murió como lo planeaste
y eso me quedó más que claro.
Por eso hoy la estoy obligando a morir
fingiendo mi propio funeral.
No creás, no es fácil
Pero ¿quién dijo que lo sería?
Aún así esto de fingir una muerte
para matarte no me agrada.
Estoy muerto, te obligo a morir
y de paso te empujo hacia él,
te acerco a su “seguridad”…
te envío a sus brazos,
espero que estés mejor
en ese sitio,
porque por acá ya no queda nada,
estoy muerto ¿te acordás?
Estoy muerto…
(Como quisiera que esa parte realmente lo estuviera)
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F. Fallas
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